De ilusiones tejí
mis sueños...
sin
saber que....el
despertar me induciría a un soporífero
vagar..por la senda de los amantes sin
destino.
Y en esta vereda de nebulosas y noches frías,
la gélida brisa taja mis labios anhelantes del
alimento obsequiado durante las quiméricas
horas plagadas de visionarias utopías.
Más fruto de mi propia calidez...... se disipan
los velos que ciegan al corazón doliente, para
que su latir no cese...y comience a calmar su
absceso.. abierto aún por la imprudencia del
desamparo.
Nada queda esperar...más que el transcurrir
de los días...brebaje del que ha de libar en su
afán por obtener la inmunidad a esta afección
de la que algún día.....este doliente corazón...
perecerá.
Samsara